Una habitación que siempre le había faltado a mi casa. Un lugar común donde escampar los torbellinos que me zarandean: "¡Ey tú! ¡Escribe! Que alguna entraña habrá que se remueva contigo. Y las piedras serán más livianas. Y estarás menos sola"
miércoles, 8 de junio de 2016
DEL USO Y EL DESUSO DEL PIJAMA
Debí hacerte caso
y soñar a pelo.
Ahora que abro
de nuevo la caja
de plástico
de ropa
de verano
Pandora remprime un grito
de gato muerto
al ver en el fondo
deformes y finitos
mis pijamas.
Llevan todo un año
agazapados
esperando el primer
atisbo del estío
cualquier
arista en la memoria
para morderme y (re)volverme
mezquina.
Me reprochan, azules,
la indolencia de entonces
cuando cubrían mi cuerpo
y yo desdeñaba
la felicidad tranquila
contigo.
Cuando preferí
la vorágine absoluta
de caminar
desnuda.
De dormir sola.
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