miércoles, 9 de marzo de 2016

NARCISOS

Solo cuando descubro
que me atraviesa
el aire que no soy
si no cuenco vacío,siembra
arrasada por ejércitos
de langostas
                       me planto.

Y eso que aún tengo ojos que
podría arrancármelos,servirlos
en una bandeja
ofrecerlos como
postre
en vez de buñuelos
o de uvas.
                   

Pero no, esos me los quedo yo
para ver venir
                        por la linde
a los que se nutren de su reflejo
líquido y custodian
con avaricia el amor, las manos
el agua
que nos conforma.

Pobres
incautos, no saben
que el mito
les condenó a morir
ahogados y para entonces
yo seré un punto casi
microscópico
entre dos líneas
paralelas que fingen que se tocan
al final.
Estaré allí donde
no puedan
                  salpicarme.


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