martes, 16 de febrero de 2016

ABISAL


Hoy reniego de la tierra
de este sur de este vaho
de simiente seca de boca
seca.
De fuego fatuo.

Y me dejo cubrir por el agua
hasta un submundo abisal donde
nadie me ve donde grito
sumergida
cada vez
                más
                       profunda
entre líquenes y criaturas
monstruosas
que me miran y se mofan
-lo veo en sus bocas atorrantes-
de lo humanamente mal
que soporto la presión.

Las partículas de luz se fagocitan
unas a otras y es aterrador
sentirse ir a negro
también.

Pero prefiero este vértigo este
gélido precipicio de voz ahogada
al silencio
indolente
que nos recorre mientras juntamos
los cuerpos en la orilla
-el mar nos provoca mordiéndonos los dedos
que permanecen laxos que no
se tocan-

Tan solo el viento se atormenta
para escupirnos a la cara

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