miércoles, 3 de febrero de 2016

HIJOS DEL RUIDO

Lo único que
nos borra
las piedras bajo los ojos
en los días normales
                (sólo eso: normales)
dentro del vientre abultado
de Metro Madrid es
ese oboe
que detiene   la prisa
el bandoneón
que pone rostro
a los hijos    del ruido.

Y con qué facilidad
con que falta de consciencia
ignoramos tantas veces
que en eso
consiste     la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario